Así es, una oficina para cortas temporadas

Un lugar que en nuestros sueños nos lo entregaban equipado, quizá con algún ordenador, con archivos y estanterías, una zona para comer con los compañeros y espacios para conversar con los clientes, que tuviera pizarras para nuestras reuniones de equipo y rincones agradables.

Entonces pensamos. ¿Y si nos lo alquilaran solamente por un mes? ¿Por una semana? ¿Por unos días?

En la era de los coworkings, volvimos a necesitar la independencia que en muchos espacios de trabajo compartido no encontrábamos. Y no queríamos renunciar a la maravillosa flexibilidad que estos sitios ofrecen.
